Puede que, como amantes del vino, nos hayamos preguntado alguna vez si estamos almacenando bien las botellas para que el vino mantenga todo su sabor. Para saber cómo conservar el vino en casa correctamente sin necesidad de gastar dinero en una vinoteca, en este artículo veremos cuáles son los mejores trucos para hacerlo y mantener la calidad del vino en nuestro hogar.
8 recomendaciones de cómo conservar el vino en casa, para que cada vez que abramos una botella podamos disfrutar de nuestro vino en la mejor forma posible.
1. Mantener las botellas de vino a la temperatura adecuada
La temperatura del ambiente en el que conservamos nuestras botellas es uno de los principales factores que debemos cuidar para evitar que nuestros vinos se echen a perder. Lo ideal es que el vino esté en una temperatura constante entre los 12º y 16º. También debemos prestar especial atención a evitar oscilaciones térmicas, es decir, que no varíe mucho la temperatura de la botella, por lo que lo adecuado sería que evitemos almacenarlo en lugares en los que la temperatura sea cambiante. Por este motivo es desaconsejable guardar el vino en la cocina donde la temperatura puede aumentar varios grados de forma brusca cuando se cocina. Lo mejor sería almacenarlas en una bodega, un sótano o un trastero donde no haya sistemas de calefacción o aire de acondicionado.
2. Controlar la humedad ambiental
Igual de importante que controlar la temperatura del lugar en el que conservamos nuestras botellas de vino, así lo es también vigilar la humedad relativa del ambiente. El lugar que elijamos ha de ser fresco y la humedad relativa debe estar entre el 70 y el 80% para que el corcho no se seque o se humedezca.
En el caso de que el corcho se seque, el tapón tendería a encogerse, por lo que podría entrar aire en la botella y favorecer una oxidación prematura del vino. En el caso contrario, si el corcho está demasiado húmedo, se darían las condiciones necesarias para la aparición de mohos y hongos que pueden estropear el vino. Para evitarlo, nada mejor que usar un termómetro y un higrómetro junto a las botellas, así tendremos bajo control que el vino no experimente grandes cambios en la humedad o la temperatura del ambiente.
3. Evitar la exposición del vino a la luz directa
Otro de los factores que pueden acelerar la degradación del vino es su exposición directa a la luz, tanto a la natural como a la luz artificial. Es muy importante que el sitio en el que almacenemos las botellas sea oscuro puesto que la incidencia de la luz sobre las botellas puede favorecer reacciones químicas como la oxidación del vino, con la consiguiente pérdida de calidad. La luz también puede afectar negativamente al vino a través de la fotodegradación de la riboflavina presente en él, lo que se conoce como la “enfermedad de la luz”.
Por estos motivos, entre otros, es por los que se sigue manteniendo el color verde en la mayoría de botellas de vino que encontramos en el mercado, ya que este color es capaz de neutralizar entre el 30 % y el 60 % de las radiaciones lumínicas. Si el lugar que hemos elegido para guardar nuestro vino tiene mucha luz, es mejor guardar las botellas en muebles cerrados o cajas.
4. Aislamiento de olores fuertes
Para evitar que el sabor y los aromas de nuestros vinos no se vean alterados por agentes externos debemos preservarlos del contacto con fuentes de olores fuertes. Mantener nuestras botellas de vino en un lugar bien ventilado nos ayudará a cumplir con este propósito y nos permitirá, también regular la humedad del ambiente y evitar la aparición de hongos.
5. Posición
La posición en la que almacenamos nuestras botellas de vino es también muy importante a la hora de preservar sus características organolépticas. Atendiendo a este aspecto, intentaremos colocar nuestras botellas siempre en posición horizontal. De esta forma permitiremos que el vino y el corcho estén en contacto permanente. Así evitaremos que el corcho se seque, con lo que perdería su elasticidad y el cierre de la botella dejaría de ser hermético. Asimismo, intentaremos evitar que las botellas sufran agitaciones o movimientos bruscos, para permitir que el vino repose de forma adecuada y evolucione de la manera más natural posible.
6. Los vinos espumosos, mejor en vertical
Como excepción al punto anterior podemos contemplar la colocación vertical de vinos espumosos (cavas, champán, etc. ). En este caso, la presencia de gas carbónico, que tiende a subir, permite que el tapón mantenga el nivel de humedad idóneo. Además, la propia disposición vertical de la botella favorece también la propia conservación del carbónico en estas bebidas.
7. Atención a tiempos de conservación
No todos los vinos mejoran con el tiempo y por eso es fundamental distinguir qué vinos son buenos para conservar durante más tiempo y cuáles son mejores para beber pronto. Para diferenciarlos debemos tener en cuenta factores como la edad del vino, la añada, el lugar procedencia, el tipo de uva con el que se elabora, el tiempo y tipo de crianza y, sobre todo, el lugar donde han estado almacenadas las botellas (siendo siempre aconsejable comprarlas en la propia bodega donde la conservación siempre será óptima).
Dicho esto, y como normal general, los vinos jóvenes deben beberse en el año en que se cosechan, los crianza durante los 5 años siguientes y los reserva y gran reserva pueden conservarse durante unos 10 ó 15 años aproximadamente. No conviene sobrepasar estos tiempos puesto que es muy difícil que consigamos conservar el vino tan bien como lo hacen en las bodegas. Aún con todo, debemos tener en cuenta que estas fechas de consumo son estimaciones, puesto que habría que valorar las condiciones individuales de cada botella y tipo de vino en cuestión.
8. ¿Y cuando abrimos el vino?
Una vez que hemos abierto una botella de vino, si no nos la vamos a terminar de una vez, es mejor que conservemos el vino en el refrigerador. Antes, deberemos minimizar el contacto entre el vino y el aire contenido en la botella para evitar la oxidación. Para lograrlo, podemos cambiar el vino a una botella más pequeña y cerrarla bien apretando el corcho de forma firme. También podemos optar por la utilización de una bomba de vacío para extraer el aire del interior de la botella.
Siguiendo estos 8 consejos nuestra colección de vinos se conservará de manera adecuada. Así podremos disfrutar del placer de una copa de vino en las grandes (o pequeñas) ocasiones, siempre que se presenten.